PRIMAVERA

dijous, 29 de març del 2018

CIUDADANOS-JARDINEROS EN PARIS


París permite por ley que cualquier ciudadano cultive comida sana y sostenible en cualquier lugar de la ciudad.

  Fue en el mes de abril de 2015 cuando la alcaldía de París anunció la puesta en marcha de una nueva economía circular con el objetivo de proteger jardines y promover el desarrollo de actuaciones ecológicas en la ciudad. El objetivo era fomentar un ecosistema donde nada se pierda y todo se transforme y dar un paso para acabar con la imagen de la ciudad como ente devorador de recursos.

 Se pretendía favorecer la ecoconcepción (productos cuyo ciclo de vida tenga el menor impacto medioambiental), la ecología industrial (que los residuos de una empresa sean fuente de otras) y la economía de la funcionalidad (priorizar el servicio prestado de un bien a su posesión). Entre otros temas se comprometieron ocho millones de euros para potenciar la agricultura urbana.
En esta línea el Ayuntamiento de París aprobó el pasado 1 de julio una medida tanto inédita como revolucionaria. Cualquier ciudadano de la capital francesa podrá reverdecer el entorno y cultivar comida en cualquier punto de la ciudad, ya sea en su casa, oficina, en los jardines públicos, las paredes, los tejados o las jardineras de los árboles en la calle. Se trata de reverdecer la ciudad y promover la cultura de los huertos urbanos por toda la capital.
 La nueva ley pretende crear 100 hectáreas de jardines usando los muros, fachadas y azoteas por toda la ciudad para el año 2020, un tercio de ese espacio dedicado a los huertos urbanos.
 El gobierno de la ciudad francesa permitirá que cualquier ciudadano se convierta en jardinero, aunque establece una serie de condiciones: se deberán utilizar métodos sostenibles, evitando el uso de pesticidas tóxicos y promoviendo la biodiversidad en la ciudad. Según informan desde Ecoinventos, se necesitará un permiso del Ayuntamiento -que atorgará en el plazo de un mes- y se deberán comprometer a mantener correctamente sus huertos urbanos y asegurar que la vegetación mejora la estética de la ciudad. El gobierno local de París emitirá los permisos para tres años, con la opción de renovación. A cambio el gobierno local les aportará un “kit de siembra” con semillas y tierra vegetal.
 Los “ciudadanos-jardineros” firmarán una Carta de revegetación, en la que se comprometen a utilizar plantas locales y a promocionar la biodiversidad de París, a no recurrir al uso de pesticidas y a asegurar la estética y el mantenimiento de sus plantas y materiales.

 Esta medida pretende mejorar la calidad de vida de los ciudadanos parisinos, dando libertad a sus “jardineros” y permitirles hacer volar su imaginación, para que puedan ser creativos en sus prácticas de reverdecimiento local, fortaleciendo la cohesión social y convirtiendo París en una ciudad más verde y habitable.

¿No os parece una iniciativa genial?

dimarts, 13 de març del 2018

1COMUNITAT SENSE PLÀSTIC



Muchas personas hemos querido llevar a la acción la idea de un mundo sin plástico. Sociedades cada vez más conscientes de que el consumo de este material no solo se distancia de lo útil, si no que raya entre la posibilidad de enfermar y extinguir a cada vez más especies (incluyendo a la especie humana) y en ser uno de los problemas más graves de contaminación de los últimos 50 años, con miras a invadir en su totalidad los oceános en los próximos 30 años. Sin mencionar que se trata de un material altamente tóxico y poco estético.

Por el otro lado, miles de personas son cada vez más consumidoras de productos de mala calidad hechos de plástico, o bien, han normalizado en su vida cotidiana el uso de todo tipo de productos desechables cuyo uso no dura más de diez minutos –es el caso de la bolsa de plastico.
Hoy en día ya existe una primera comunidad que ha logrado reducir a cero su consumo de plástico. En Galeslos ciudadanos de Aberporth han logrado erradicar el plástico de sus tiendas, comercios y playas ¿Cómo lo lograron? –Haciendo un esfuerzo en equipo.
 Pareciera una labor imposible, pero lo cierto es que en esta comunidad, las tazas de café son biodegradables, la leche viene en botellas de vidrio y los cepillos de dientes están hechos de bambú.
 La idea surgió desde el cineasta y oriundo de la región, Gail Tudor. Tudor emprendió un largo viaje en barco por las costas británicas y se dio cuenta del peligro de los microplásticos flotando en el mar: las piezas de este material se desprenden de artefactos más grandes y son consumidas por peces y animales acuáticos. Tudor estableció contacto persona a persona en la región, invitándolos a sumarse a este esfuerzo. Una página de Facebook sirvió de enlace para mantenerlos informados sobre lo que iba ocurriendo.
 “Los microplásticos son el problema real”, advierte Tudor, y continua, “recogen toxinas que terminan en peces y luego terminan en nosotros, en nuestra cadena alimenticia”.

Pero Aberpoth no sólo logró el título oficial de la primer comunidad libre de plástico en el mundo, también consiguieron triunfos internos, como el hecho de que las personas, dueñas de negocios locales, renunciaran a la utilización de tres diferentes productos de plástico.
Aberpoth es sin duda un ejemplo de consciencia colectiva que sugiere, no la “posibilidad” de un futuro sin plástico, sino la acción para lograr hechos reales desde la perspectiva de un futuro compartido.

 http://www.lavozdelamadretierra.com/es-oficial-esta-es-la-primera-comunidad-libre-de-plastico-en-el-mundo/