Con tu dieta puedes reducir tu huella climática
1. Alimentación ecológica, menor huella de carbono
La agricultura y la ganadería representan aproximadamente un 25 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Pero no todos los modelos de producción de alimentos contribuyen de igual manera a estas emisiones. Por ejemplo, un estudio reciente sobre alimentación ecológica y cambio climático concluyó que la producción ecológica produce sustancialmente menos emisiones que la agricultura convencional, sobre todo por el menor empleo de fertilizantes, con lo que se evitan emisiones de óxido nitroso, y un mayor secuestro de carbono a través de cubiertas vegetales.
2. De proximidad y de temporada
Además tener alimentos ecológicos en tu despensa, si quieres que tu dieta tenga un menor impacto ambiental, debes practicar la compra de proximidad y de temporada. Los productos de proximidad llegan a tu mesa sin haber recorrido miles de kilómetros y así se ahorra una buena cantidad de emisiones en su transporte.
Por otro lado, consumir alimentos de temporada es más sostenible, porque de esta forma se respetan los ciclos de la tierra y requieren menos recursos para su cultivo. Además, suelen conservar mejor su sabor original.
3. Menos carne
Según muchos estudios, reducir el consumo de carne y lácteos es una de las opciones que como consumidores nos ayuda a luchar contra el cambio climático, porque la ganadería produce el 14,5 % de las emisiones generadas por la actividad humana.
Eso sí, no todas las carnes tienen el mismo impacto. La de vaca, seguida de la de cerdo, es la que más contribuye al calentamiento global por los recursos que requiere su producción. Por otro lado, la carne de pollo o de otras aves de corral afecta menos al cambio climático, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por si faltaban razones para alimentarnos de forma sensible con el entorno, solo hay que observar la “pirámide ambiental” y sus coincidencias con la popular pirámide alimentaria. Afortunadamente, “alimentos saludables como las legumbres, son precisamente de los que tienen menos huella de CO2“, como nos explicó Mónica Di Donato, investigadora de Fuhem Ecosocial, durante el evento Huertos que transforman de Fundación Triodos, donde mostró la reveladora imagen de las dos pirámides.
¿Y si cuidar del medio no es un sacrificio sino, simplemente, cuidar mejor de nosotros mismos?
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